Matilde Pérez fue una artista chilena muy inquieta. Le gustaba experimentar, probar cosas distintas. Fue así como logró abrir nuevos caminos para el arte.
Cuando tenía sólo 5 años, Matilde Pérez decidió que quería dedicarse a pintar. Pintó, pintó y pintó, hasta ser realmente talentosa. ¡Llegó a ganar un concurso de pintura siendo una niña!
En el año 1960 viajó París y descubrió algo completamente nuevo: el arte cinético. Este tipo de arte es muy especial porque da la impresión de estar en movimiento o en realidad se mueve. Las obras de arte cinético pueden incluir viento, agua, electricidad, motores o algún otro mecanismo que producen este efecto. Algunas obras de doña Matilde, por ejemplo, tienen luces luminosas que se prenden y apagan o cambian de color.
Una vez Matilde me contó todo sobre su infancia. Los invito a leer lo que conversamos.
Memoriosa.